Dos Ovnis descendieron en Argentina


Dos artefactos voladores no identificados descendieron en tierras gauchas en la madrugada del miércoles 7 de Septiembre de 1994.

El caso trascendió al mundo a través de una prestigiada agencia (ANSA) y dio motivo de muchos comentarios tanto a favor como en contra.

Se trata de lo vivido por un campesino argentino, el señor Néstor Sereno de 61 años de edad. El tipo asegur{o a la Prensa que en esa fecha había visto dos objetos volantes en un terreno que posee en la provincia de San Luis, a 825 kilómetros de la capital de Buenos Aires.

Los aparatos med{ian cuatro metros de diámetro y llegaron a posarse a escasos 50 metros de su casa, mateniéndose en cierta forma flotando a medio metro de la tierra.

En esos momentos los perros comenzaron a ladrar sin control, lo que llamó la atención del hombre para salir a ver qué sucedía. Entonces, al asomarse fue encandilado por dos poderosas luces que de inmediato despegaron dejando dos circunferencias  en el suelo de limitadas por pasto incinerado; huellas que al día siguiente, tras revelar primero el incidente a sus amistades, estas comenzaron a desfilar por el sitio apreciándolas al par que admirándolas con cierta incredulidad.

Infinidad de naves del espacio han provocado tal efecto en la tierra, desde siempre. Lo que aunenta el interés es que cada día suman más los reportes con mayor abundancia de datos por parte de testigos de todo el mundo; no obstante, los investigadores en ocasiones han llegado a declarar que en su caso ya no resulta tan llamativo este descenso de los OVNIs quemando el pasto para que nunca más vuelva a crecer. Empero el factor sorpresa sigue determinante en la mente humana y, aunque los expertos en materia OVNI se sientan acostumbrados a dichos fenómenos, en realidad no dejan de expresar- en momentos- su curiosidad por los mismos.

Aquí recordamos cuando en septiembre del año 1965, época de la gran oleada de México, la prensa nacional informó entre otros, de un aterrizaje en las cercanías de Coatepec en el que una nave del espacio exterior había dejado una huella de 35 metros de diámetro sobre el húmedo terreno en que se detuvo algunas horas.

El hecho se ligó con el de un platillo volador que estuvo suspendido durante largos minutos sobre la Colonia Narvarte, también de la ciudad de México, despidiendo un fuerte destello luminoso que fue observado de cerca por medio millar de personas que llegaron inclusive a hacer esquemas o dibujos de la nave visitante.

Y un caso más de esta prolongada manifestación ovnística que grabó fuerte impresión en la mente de los capitalinos de aquel año 1965 es el que sigue: la noche del 29 de septiembre un objeto luminoso desfiló por el cielo del Valle de México y fue contemplado por miles de personas. Cabe informar que no hizo maniobras de descenso, como los relatos anteriores, pero sí provocó gran algarabía, terror y desconcierto.

Fuente: Encuentros en todo el mundo
autor: Luis Ramírez Reyes.

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