OVNIS en forma de puro, asolaron a Argentina

De Argentina.

Entre los archivos que guarda Argentina, un país que desde tiempo inmemorial ha sido visitado por los objetos voladores no identificados, encontramos un caso por demás singular. Se trata de tres OVNIs en forma de puro o huso (instrumento que sirve para hilar) que fueron vistos el 30 de Marzo de 1965 sobrevolando el poblado de José Martín, en la provincia de Chubut.

Varios testigos, entre ellos personas muy dignas de crédito aseguraron que las apariciones celestes despedían destellos verdosos y producían un sonido aterrador comparado con el que produce una turbina a reacción.

Por otra parte captados el día señalado, en la madrugada, los objetos surcaron el espacio aéreo en dos ocasiones, practicando ascensos, descensos y cambios repentinos de dirección.

Un importante diario de aquel tiempo, "La Razón", al informar lo anterior explicó y añadió como otras fuentes, que ratificaron en la presencia de esos cuerpos extraños aquel 30 de Marzo de 1965, que éstos igualmente fueron avistados sobrevolando la localidad de El Bolsón, en la provincia de Río Negro.

De esta manera, el caso se comprueba al encontrarse que todos los testimonios sobre ambos avistamientos, el último referido y el descrito al principio de esta narrativa, concuerdan perfectamente.

Huelga decir que lo anterior provocó pánico y desconcierto entre cuantos miraron estos fenómenos. Y a ellos se sumaron otros que surgieron al mes siguiente.

Efectivamente, la noche del 24 de Abril el señor Nelso Marineli afirma haber visto, junto con otras dos personas que viajaban con él en su auto, una luz muy potente, como si estuviera detenida en las alturas entre las localidades de La Chispa y Murphy, provincia de Santa Fe. Su reporte dado a las autoridades y a los medios de difusión, posteriormente, revela que al dejar atrás unos dos kilométros La Chispa, sobre las vías del ferrocarril distinguieron la extraña luminosidad que se tornó luego más chica; pero en un momento, cuando los viajantes comenzarón a seguirla con su vehículo, al tenerla a unos cien metros de distancia ésta cruzó por encima, calculando su tamaño en unos cuatro o cinco metros de diámetro y luego los siguió la masa lumínica por unos de los costados del automóvil a muy baja altura, para después salir a gran velocidad hacia el cielo; más antes de perderse se desprenió otra luz más potente que la anterior y cuando parecía que iba a caer sobre ellos, emprendió otra rápida huída hacia las nubes, desapareciendo por completo en su fondo.

Tal experiencia, recordada por el mencionado señor Marinelli, ocurrió como el mismo aseguró, exactamente a la 1.10 de la madrugada.

Fuente: Libro Encuentros en todo el mundo

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Luis Ramírez Reyes.